Reconstrucción en 3D del liliputiense Nanocar.Seguro que recuerdas el film Viaje alucinante (1966), cuyos “reducidos” protagonistas viajaban en una nave microscópica por el interior de un cuerpo humano. Pues bien, 41 años después, científicos de la Universidad de Rice, en Texas, han materializado la nave, en concreto un coche a escala nanométrica donde se manejan medidas de una millonésima parte de milímetro. Ya en 2005 habían fabricado un primer modelo del Nanocar, que constaba de un chasis, dos ejes y cuatro ruedas de buckyballs, –esferas de 60 átomos de carbono puro–. El problema: carecía de motor y había que empujarlo para que avanzara. Pero la nueva versión, equipada con neumáticos de átomos de boro, ya dispone de un micromotor que rota 360 grados al ser iluminado con un haz de luz.

Las pruebas del auto atómico se realizaron sobre una pista de oro –esferas amarillas– calentada a 200 ºC.El Nanocar sólo mide 4 nanómetros de largo por 3 de ancho, lo que significa que en la sección de un pelo humano podrían aparcarse 20.000 unidades. Circuito de oroPara verificar que el nanocoche realmente avanzaba propulsado por el motor y que no se resbalaba por la superficie, los científicos construyeron una pista de oro que calentaron a 200 ºC. La prueba fue seguida con un microscopio de efecto túnel (STM). En palabras de sus creadores, el nanocoche permitirá, entre otras cosas, diseñar sistemas catalíticos más eficientes, como por ejemplo el convertidor catalítico de nuestros automóviles.